domingo, 6 de febrero de 2011

Historia de las letras de plomo













1- En la caja superior se ven los punzones que mediante golpe directo graban en las planchas de cobre las letras correspondientes. Estas planchas de cobre o matrices con las letras en negativo van dentro de los moldes para colar el plomo de las letras tipográficas. En este caso se trata de punzones y matrices de caracteres hebreos. La foto es del Museo Plantin Moretus de Amberes, el sitio más importante para el estudio del libro, el grabado y la imprenta hasta el período barroco.
2- Caja de matrices y punzones para imprimir una partitura musical. Las posiciones de las notas en el pentagrama deben repetirse en todas sus posiciones.
3- Moldes de fundición de las letras de plomo. Se ven varias recién realizadas. Dentro de estos moldes van las matrices en cobre con las letras en negativo. A la derecha, lugar para la fundición de caracteres o letras de plomo en el
Museo de la antigua casa editorial Plantin Moretus.

Historia de las Letras de Plomo.
La tipografía en la Revolución de Mayo.
En el libro de Trostiné hay un capítulo muy interesante,es aquél donde relata las peripecias que tuvo Núñez de Ibarra con el Cabildo a lo largo de su vida. Resulta que
el correntino era un “suplicante”, categoría jacobina que señalaba a un ciudadano que suplicaba una gracia, empleo o peculio. El correntino suplicaba de lo lindo y
siempre sacaba algo, hasta que hartaba a los señores cabildantes. En el caso de las Letras de Plomo, Núñez de Ibarra se dio cuenta y yo también a partir de los documentos, de que el normal tránsito de las letras tipográficas desde la Metrópolis (España) hacia los virreinatos se había detenido por la catarata de revoluciones jacobinas, masonas y americanas, y la prensa escrita e ilustrada era ahora muy
importante para poder difundir las nuevas ideas revolucionarias, es por eso la carencia de letras por el desgaste provocado, por la presión de la prensa gráfica se acentuó. Además el ansia literaria de los románticos expresada en los Salones ilustrados, multiplicó las necesidades gráficas de las imprentas, que atendían la
impresión de diarios, periódicos, afiches oficiales y opositores, libros y pasquines.
La Imprenta de los Niños expósitos se organizó trayendo la imprenta que los jesuitas tenían en Córdoba, puede ser que tuvieran juegos de punzones. Habría que examinar las letras en macro visión para saber cuál es cada familia tipográfica. De esa forma
podrían descubrirse muchas cosas. Puede que los tipos de las misiones salieran de los mismos punzones o puede que no. Seguramente los impresores pagaban fortunas
por una “e” o por una “m” y menos por una “x”, por ser menor su periodicidad, en el uso continuo de letras de plomo para traducir en signos, las pelotudeces que hacen los hombres, en su veloz carrera hacia la muerte. La historia repite el descubrimiento de Gutemberg en pequeño. En Maguncia el referido inventor creó el sistema de moldes para lograr la multiplicación de las letras y les dio su composición, que no es plomo sino: 80 % de plomo, 10 % de estaño y 10 % de antimonio.
Gutemberg es conocido por inventar los tipos móviles para la prensa moderna, pero eso lo conocían hacía rato los chinos y los encuadernadores europeos que
usaban tipos móviles para componer los títulos de las obras que encuadernaban, los usaban para calentarlos y grabarlos en el precioso cuero de las encuadernaciones. El sistema de producción tipográfica de Gutemberg es el siguiente: primero hay que obtener punzones o cuños de un acero de alta dureza, los conocimientos técnicos son de alta complejidad y dudo que se produjeran en América. En la punta del punzón o cuño venía forjado, colado, tallado o burilado un emblema, signo o letra. Con esa punta se impactaba una pequeña plancha de cobre estampando la letra en negativo en el cobre. Esta plancha de cobre con la letra estampada, ocupaba el extremo de un molde donde se vertía la aleación que descubrió Gutemberg en Maguncia. Y con ese molde se reproducían las letras necesarias para difundir las ideas revolucionarias.
Yo creo que el correntino tenía un juego de punzones malamente hecho por él, dado que reconocía que no eran tipos de letras de calidad, o había comprado un juego ya totalmente desgastado por el uso, de origen seguramente peninsular. Así y todo le suplicaba al Cabildo la chancha, los chanchitos y la máquina de hacer chorizos para que coma la hambrienta tropa republicana. Le pedía: una casa de comodidad mediana?, un juego completo de herrería ( para forjar los punzones o cuños nuevos), un quintal
de acero fino de Milán (para los cuños o punzones), Ocho quintales de “fierro” cuadradillo de 6 0 7 líneas,(creo que para armar la estructura de los moldes). Doce
arrobas de cobre fino ( para las primeras matrices). Seis arrobas de bronce (para armar las paredes de los moldes). Una tonelada de carbón (para alimentar la fragua).
Un banco para taladros de tornear (para tornear los cuños o punzones). Tres piedras planas para afilar y dar forma. Ocho oficiales y maestros de herrería y de fundir con
salarios de 420 pesos mensuales en total. Faltaba el plomo necesario para hacer las letras definitivas. Todo sin la propiedad suplicada ascendía a 2000 pesos, más los
420 pesos de salarios, para los que iban a trabajar y el sueldo que pensaba cobrar Núñez de Ibarra como Director de esta “Fábrica de matrices”, que nacía para ayudar a la joven Revolución de Mayo. Todavía se están cagando de risa. Debe ser el primer intento de monopolio mediático, el Cabildo no pudo financiarlo, pero lo habrían hecho si hubieran podido, de esa forma podían controlar lo que se imprimía en Buenos Aires y en las provincias afines a la causa, o sea: “si escribís lo que yo creo te doy las letras de plomo”. Los cuños o punzones se usan también para el troquel de
Monedas, medallas, botones, sellos y cosas semejantes, no era tonto el correntino. Con los sellos para las autoridades anduvo trabajando, no se olviden que el signo de la autoridad es el Sello. Sin Sello y firma no se ordena nada y para el lacre
que resguarda la confidencialidad es muy necesario el cuño. La antigua casa editorial Plantin Moretus de Amberes, imprimió todos los textos que llegaban a América para el Rey de España, impidiendo por lo tanto toda otra fuente doctrinal. Imprimió libros de historia, de geografía, de botánica, mapas, planos de ciudades, retratos oficiales del Rey, gramáticas y obras de religión. Y ahora y pensando en todo esto, los jesuitas también tuvieron que forjar los punzones para las letras y para acompañar con sombreritos y acentos raros a la edición “De la diferencia entre lo terrenal y lo divino” que fuera impresa en guaraní, en la Misión jesuítica de Loreto en el año de 1705. Y tal vez de allí viniera la caja con los punzones que tenía Núñez de Ibarra, con la cual seducía al Cabildo para poner la Fábrica de Matrices (no de punzones porque se terminaba la gallina de los huevos de oro)
Los grabadores, burilistas, plateros, orfebres y los falsificadores o hacedores de moneda, documentos y objetos de arte son todos del gremio de los falsarios. La creación de los lugares donde los valores se manifiestan. El gremio de los creadores de símbolos adorables, ideas o valores de cambio.
Análisis y archivo: bb